El caso que involucró el veto más reciente de la red social TikTok en Estados Unidos por el gobierno Trump, reabrió un debate global sobre la relación entre internet, protección de datos, jurisdicción y el poder de los gobiernos sobre las plataformas digitales.
En el más reciente episodio del podcast de Posse Herrera Ruiz, los asociados Sarita Enríquez y Juan Nicolás Lozano, del equipo de competencia, protección al consumidor y protección de datos, analizaron los aspectos legales que surgen de esta controversia.
El caso concreto tiene antecedentes en 2020 cuando el gobierno de EE.UU. intentó bloquear TikTok, aplicación perteneciente a una empresa con sede en China, bajo la sospecha de que esta pudiera representar un riesgo para la seguridad nacional. “Las compañías en ese país, por ley, deben entregar información personal a su gobierno por temas de inteligencia y seguridad”, explicó Sarita Enríquez. Esta situación generó preocupación debido a que el acceso a este tipo de datos de ciudadanos estadounidenses pudiera estar permeado por intereses de vigilancia, o incluso, manipulación política.
El debate volvió al centro de la opinión pública por cuenta de la suspensión temporal que fue impuesta a TikTok en Estados Unidos a principios de 2025. Enríquez mencionó que el caso es relevante pues tiene una doble faz, no sólo política por cuenta del temor a una potencial vigilancia, sino también económica porque la red social pertenece a ByteDance una compañía China que obtiene grandes ganancias de la aplicación.
Por su parte, Juan Nicolás Lozano, complementó el análisis explicando que, este caso invita a repensar y redefinir el concepto de datos personales, “al hablar de datos personales, por lo general, pensamos en nombres, en correos electrónicos, en números de celular, pero la preocupación que en este momento tiene el Gobierno de Estados Unidos es que los datos que se almacenan en TikTok de millones de usuarios están, además, relacionados con su ubicación geográfica y sus intereses particulares, que también son datos personales”.
Lozano añadió que la personalización de intereses permite a la red perfilar con detalle a sus usuarios, lo que refuerza la preocupación del gobierno Trump sobre el uso de esa información, por ejemplo, para dirigir propaganda política. La inquietud aumenta al considerar que TikTok también recopila datos biométricos como la imagen y la voz, lo que amplía la capacidad de segmentación de la aplicación.
También, ambos abogados coincidieron en que este caso demuestra la relevancia de los datos personales como activos estratégicos y pone de presentes retos asociados a su manejo en un entorno globalizado, especialmente debido a su deslocalización. En esa línea anotaron que, en el caso de TikTok, el volumen de información que recolecta puede ser tan grande que tal vez requiera el apoyo de un tercero, añadiendo que es probable que la venta forzada no se haya concretado, no por falta de compradores potenciales, sino por las complejidades asociadas a la transmisión de los datos recolectados por la plataforma.
En la conversación también se abordó recomendaciones sobre el uso responsable de datos por parte de las empresas, en este sentido Sarita Enríquez expresó “las recomendaciones clave van dirigidas al titular de la información: ser lo más claros posibles sobre qué se hará con sus datos. Para eso están las políticas de privacidad, que funcionan como las reglas del juego. Cuando las reglas son claras, se evitan problemas”.
En esta misma línea, Juan Nicolás Lozano advirtió por su parte que, es importante tener presente que los datos a veces teniendo que ser manejados por actores externos contratados por las compañías, deben ser protegidos y regulados en su manejo a través de figuras como los contratos de transmisión, que garantizan una gestión transparente de la información.